domingo, 26 de septiembre de 2021

Leo autoras octubre

El primero de octubre arranca una nueva edición del Leo autoras octubre en la que, usando el ht #leoautorasoct, se comparten obras escritas por autoras para dar(nos) visibilidad. La novedad  es   que este año la iniciativa se amplía con la inclusión de obras de personas que no son de género masculino para visibilizarlas también.

Las organizadoras proponen este bingo para aquellas personas  gustan de seguir una guía de lectura. Yo no suelo participar de retos lectores: leo porque me hace feliz y no me simpatiza sumarle obligaciones a este momento de disfrute... pero evitar leer obras escritas por hombres durante un mes no me parece demasiado restrictivo. Ya participé el año pasado y, aunque no cumplí con todos mis objetivos, lo disfruté. El plan para este año es volver a compartir en Twitter mis avances y leer obras que me ayuden a completar varias de esas entradas denominadas ¿? #deatres que  quedaron colgadas y así dar visibilidad a más gente ojalá no quede solo en intención.

Si a alguien le interesa saber de qué signo soy, le cuento que soy de Libra (excusa que uso para justificar mi indecisión y el gusto por las cosas caras) y mis novelas son autopublicadas. Llevo cuatro hasta ahora que tienen en común que son historias sencillas ambientadas, en su mayoría, en Buenos Aires.

Como no soy profesional(aunque me lo tomo bastante en serio) y escribo en argentino (conjugación que puede resultar extraña) mi primera novela publicada Si te vieras - La historia de Lucía está gratis en todos los Amazon y demás plataformas.

Comento esto porque el objetivo de la iniciativa es visibilizar autoras y, aunque mucho no se nota porque más del 90% de las entradas hablan de cualquier cosa distinta a mis novelas, esta es mi cuenta de autora 😉 .


Ya sabés. leé, compartí tus impresiones usando el #leoautorasoct y disfrutá, claro.


Más info de la iniciativa www.leoautorasoct.wordpress.com/


domingo, 19 de septiembre de 2021

El funcionamiento general del mundo - Eduardo Sacheri

El funcionamiento general de fútbol - Eduardo Sacheri
El viaje a las Cataratas del Iguazú de Federico Benítez y sus hijos ya está arreglado, pero una llamada de último momento altera los planes: una deuda de gratitud, vieja e impostergable, lo obliga a cambiar de rumbo y encaminarse, con esos dos disgustados adolescentes a la rastra, hacia la lejana Patagonia.
En cuatro días de viaje este hombre ensimismado y torpe les contará a los jóvenes una historia oculta que es la suya, la suya y la de su desangelada adolescencia, la suya y la del Primer Torneo Interdivisional de Fútbol del Colegio Nacional Normal Superior Arturo Del Manso, jugado en 1983. Y ese torneo de fútbol, con sus arbitrariedades, con sus trampas, con sus mezquindades pero también con sus grandezas, con sus luces y con sus sombras, será para este muchacho de quince años un laboratorio de la vida, del que saldrá transformado.
Bajo la forma de un relato de viaje, de una novela de iniciación, Eduardo Sacheri nos atrapa en una historia emocionante sobre los vínculos humanos y nos muestra cómo en el inmenso friso del poder puede recortarse de pronto una figura generosa capaz de cambiar el curso de una vida.

Eduardo Sacheri tiene la costumbre de contar lo que necesita contar para llevar su historia adelante y el resto… bien, gracias.

Es cierto que Federico no es el personaje más locuaz y abierto con el que se puede tratar, pero a Federico (y a Sacheri) poco les interesa dar detalles me hubiera gustado saber, entre otras cosas, si en algún momento tuvo otros quince minutos de perfección. Si fuera por Federico no explicaría nada, pero sus hijos, con los que se embarca en este viaje en auto al sur, necesitan entender por qué es tan importante llegar antes del lunes a las tres de la tarde a Monte Mocho y a él no le queda más que deshilvanar su adolescencia (por momentos callando más que contando).


En dos tiempos, el pasado nos muestra ese 83´ marcado, en lo general, por la vuelta de la democracia a la Argentina y, en lo particular, por la mala relación (por decirlo de alguna manera) que Federico tiene con la madre y el abuelo y cómo fue que a partir de la organización del Primer Torneo Interdivisional de Fútbol del Colegio blah, esta profesora se convirtió en alguien tan importante para él.

El fútbol tiene un papel fundamental en la construcción de esta historia. No solo por el detalle con el que se refleja cada entrenamiento, partido y demás, sino porque de él se sirve para reflexionar sobre la vida.

El presente muestra el viaje en auto que obliga a Federico y a sus hijos a compartir días casi sin distracciones en los que discuten y se conocen un poco más.


Si tengo que poner un pero es la estandarización ¿? del vocabulario adolescente: los de ahora hablan parecido a los de antes y me sonaron raros (tanto en ese antes como en ese ahora).

Los del presente son Joel y Candela, que tienen una pica constante entre ellos y una relación complicada con el padre. Los más destacables del pasado son, además de Federico, seis que se terminan juntando por una cuestión de ubicación en el aula y sumada a ellos, Eugenia.


Me gusta mucho el estilo de Sacheri y su naturalidad para dejar picando temas que a cada quién le llegarán más o menos de acuerdo a sus vivencias, y un subtexto en el que muestra cómo el pasado nos marca sin que nos demos cuenta (sobre todo se nota en el Federico adulto y sus problemas para relacionarse).

Medalla, aplauso y beso para Marta Muzopappa y las Marta Muzopappa del mundo que, muchas veces sin saberlo, tienen un rol fundamental en la vida de sus alumnos al prestarles atención y tratarlos como personas.


Una historia para emocionarse, pensar, recordar la adolescencia y reflexionar sobre los vínculos.

lunes, 13 de septiembre de 2021

Lágrimas en el mar - Ruta Sepetys

Lágrimas en el mar - Ruta Sepetys
Enero de 1945. Cuatro jóvenes. Una historia llena de humanidad y esperanza sobre la mayor tragedia marítima de la historia.
«Una prima de mi padre estuvo a punto de embarcar en el Wilhelm Gustloff y me pidió que diera voz a aquellos que murieron creyendo que sus historias se habían hundido con ellos.»
Este es el origen de la novela, en palabras de la autora. El Wilhelm Gustloff ha quedado asociado para siempre con la mayor tragedia marítima de la historia. En él viajaban más de 10.000 pasajeros, entre refugiados, personal de abordo y militares alemanes. Debería haberlos llevado hacia la libertad y lejos del asedio al que estaba siendo sometido el este de Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Pero nunca llegó a su destino, pues fue el blanco de varios torpedos lanzados desde un submarino soviético el 30 de enero de 1945. Apasionada por los capítulos ocultos de la historia, Ruta Sepetys da voz en esta ocasión a cuatro jóvenes protagonistas cuyos caminos se cruzan cuando son evacuados en el Wilhelm Gustloff, como los más de 5.000 niños y adolescentes que lo hicieron para ir al encuentro de su futuro. Nunca llegaron, pero sus historias no se hundieron con ellos.

Basada en hechos reales, esta historia va a romperte el corazón mucho antes que el Wilhelm Gustloff, el barco que iba a sacar de Alemania a los protagonistas, se hunda después de que lo impactaran tres torpedos.

Contada a cuatro voces; conocemos a tres de esos protagonistas, y a otros personajes (que también se nos van a meter en el corazón no solo por sus personalidades, sus circunstancias o sus pasados, sino por sus interacciones) mientras se dirigen al puerto para abandonar Alemania, sitiada por los rusos de un lado y los aliados del otro.

Me está gustando mucho si por gustar se entiende sufrir esta autora. Su habilidad para dar un marco histórico sin abrumar con datos innecesarios y romperte el corazón sin regodearse en el proceso, no la encontré muchas veces. Es cierto que sus historias tienen un marco con suficiente carga por sí mismo, pero es esa manera ágil y asertiva la que, creo yo, hace la diferencia.
Lo que cuenta es suficiente para ponerte en contexto, ponerte en el lugar, ponerte en los zapatos de los protagonistas.
Y romperte el corazón varias veces, faltaba más.

domingo, 5 de septiembre de 2021

Besos al aire - Chris Pueyo

BESOS AL AIRE

Sigo poniendo raíces

donde tengo que echarle alas.


Mi risa es una espada rota

pero corta igual.


La felicidad siempre es una foto de ayer.


Me acordé de ti en el mercado

y se me olvidaron las manzanas.


Es verdad que ser libre sale caro

pero es por lo único que

estoy dispuesto a pagar.


No me escondo, apunto.


La nostalgia es tan adictiva

porque roza la esperanza.


Si quieres leer un libro que no existe,

escríbelo tú.


Tú eres un verso suelto

y en mi cabeza haces ondas.


El optimismo es maquillaje,

lo que yo tengo es esperanza.


¿Acaso no es eso el amor?

Dos personas emocionándose a la vez

desde lugares distintos.


¡Ni que viviera todos los días!


Saliste de mi vida el día

que me diste por muerto.


La verdad no se anuncia

se pronuncia.


¿Cómo es posible que lleves hablando

veinte minutos y mintiendo treinta?


Desaprender es un avance que pocos entienden.


¿Cómo se encuentra algo

que no recuerdas haber perdido?


Abriré los puños y la mente

para mantenerte cerca.


No creo en las segundas oportunidades

cuando el dolor ha sido a propósito.


Por contradictorio que parezca

la paz hay que conquistarla.


Las emociones son tesoros

y estamos autorizados a usarlos.


Me desperté el último

y el juguete de mi vida

estaba roto.


Entre un amor y otro

hay una vida interminable.


La historia que la escriba el vencedor,

yo prefiero un poema.


Todas las historias pueden leerse de dos formas:

En el momento en que ocurren, desgarradoras,

y en el que ya han sucedido, reparadoras.


Dentro de mí el tiempo no existe.


Que no estoy loco por sentir

lo que siento,

que siento todo lo que hay,

aunque sea una locura.


El mundo está lleno de miedos,

como yo.


El día que entendimos

que ser y estar eran cosas distintas

supimos que siempre seremos,

aunque no siempre estemos juntos.


La caída es un sueño y mi único miedo

es despertar cada mañana en una cama llena de

dudas.


Los besos son la prueba:

Lo que nos regalan de pequeños

hay que ganárselo de mayor.


No le tengo miedo a la tristeza, pero me declaro

terriblemente en contra de aquello que debería ser

feliz y no lo es.


La calma es una isla para quienes no temen

a las olas, aunque no sepamos nadar.


¿Cómo no voy a querer a mis gatos

si cada día conozco a más gente?


No dejes que me convierta en una canción

porque si soy una canción, solo podré ser una canción.


Los reyes son los niños.


Como dijo un buen día Calderón:

La vida es sueño y los sueños,

sueños son.


¡Aún no soy tan joven!


Tu nombre es el título

de mi mejor poema.


Rendirse es más triste que perder.


Chris Pueyo



El poemario de Chris Pueyo, Hombres a los que besé, tiene este poema justo antes de los agradecimientos; y estoy segura de que en él vas a -por lo menos- un verso que te hable justo a vos.