domingo, 27 de febrero de 2022
Libro vs peli - Papeles en el viento
domingo, 20 de febrero de 2022
Lo que no se nombra - Gabriela Margall
domingo, 13 de febrero de 2022
¿Pero bien o mal?
domingo, 6 de febrero de 2022
De a tres - Hoy: tres con declaraciones de amor
Febrero es el mes dela novela negra amor, así que las entradas de este mes hablan de amor.
Hoy les toca a tres libros en los que quienes escriben comparten sus historias personales, escriben sobre las personas que aman y les escriben a esas personas también... Podría decir que son declaraciones de amor.
Feria - Ana Iris Simón
La autora habla de querer, de qué hace especiales a sus ojos a quienes quiere y los presenta también. Es una declaración de amor a su familia: a los que están, a los que ya no están y a los que todavía no están.
Y a la España de antes también.
El olvido que seremos - Héctor Abad Faciolince
Es que Héctor Abad padre, médico y profesor, fue un defensor de la medicina social desde la prevención y el trabajo de campo: vacunas y agua potable, por ejemplo. Fiel a sus principios, muchas veces fue castigado (por unos y por otros) y asesinado en 1987.
Hay una película (que está en Netflix) que recorre los hechos más relevantes del libro y refleja la admiración de ese niño a su padre… claro que lloré pero en la manera en la que el libro está escrito ese amor se hace tangible y lloré más.
Yo nena, yo princesa - Gabriela Mansilla
En él relata cronológicamente el nacimiento de sus hijos mellizos, su búsqueda cuando da cuenta de que a uno de ellos lo angustia -y enferma- no verse cómo se quiere ver. Habla de sus dudas, de la vida intrafamiliar, del proceso de aceptación, de no aceptación, de los prejuicios, de la burocracia, de los miedos, de los logros.
También de cómo buscó ayuda -una y otra vez hasta encontrarla-, de cómo buscó herramientas, de cómo buscó respuestas… de su lucha. La lucha para acompañar el desarrollo de esa criatura que a los cuatro años afirmó ser una nena y llamarse Lulú.
Gabriela publicó también Mariposas libres y Yo nena… tiene película (que no vi) pero una amiga que la vio me dijo que se angustió y comparto el sentimiento: fue una lectura que me indignó, me entristeció (y también me alegró cuando leía que Luana era feliz) muchas veces tengo la sensación de que los derechos están expuestos en una vidriera a la que admirar, pero intentar hacer uso/ejercicio de ellos resulta bastante dificultoso por no decir imposible... igual me quedo con la idea última del libro que ayuda a visibilizar diferentes realidades. Me quedo con las palabras de amor y de apoyo que Gabriela le dedica a Luana para que no se dañe a sí misma, se acepte, se valore, se quiera.